Miembros de ong's expulsados de Sudán
Sudán comunicó ayer la expulsión del director de la ong estadounidense CARE, Paul Barker, del país por razones de seguridad estatal, según un comunicado oficial del gobierno.
Paul Barker ha declarado a la agencia Reuters que el gobierno del Sudán, sin alegar razón alguna, le había dado 72 horas para que abandonase el país. Bakheit Yousef, diputado comisionado para la Ayuda Humanitaria del país, dijo a la misma agencia que la expulsión de Barker no tiene relación alguna con su trabajo humanitario y declaró que "estaba llevando a cabo algo relacionado con la inteligencia o la seguridad del estado, ésa ha sido la razón por la que el gobierno ha decidido expulsarlo". Y agregó "la decisión afecta a un individuo, no en cambio al conjunto de CARE y su trabajo en el Sudán, que continua como siempre. Lo único que debe hacer CARE es mandar a un nuevo director".
Barker es el tercer extranjero "notable" expulsado de Sudán en menos de una semana. El jueves pasado, el gobierno comunicó a diplomáticos del Canadá y la Unión Europea su expulsión aunque finalmente, permitió al embajador de la UE permanecer en el país hasta finales de septiembre.
Por su parte, Barker, negó cualquier vinculación con la inteligencia ni nada parecido y confía que el gobierno sudanés escuche su apelación.
Según ha contado Barker a la citada agencia, el origen de la expulsión es la inteprretación "fuera de contexto" de un email que él mismo redactó en el que trataba temas de seguridad del staff de la ong en Darfur, entre los cuales, posibles situaciones que podrían darse en el futuro y las posibles soluciones ante cualquier emergencia de seguridad.
Por su parte, otros trabajadores humanitarios que han permanecido en el anonimato han expresado su preocupación por la creciente tensión entre las ong's y el gobierno de Sudán.
Barker ha declarado que CARE ha dedicado 184 millones de dólares en ayudas al Sudán desde que la organización llegó al país en 1979.
Resulta un tanto curioso que el caso Barker y algunos otros hayan tenido lugar la semana siguiente del anuncio de Bush de controlar todos los datos personales de todos los trabajdores y colaboradores de las ong's norteamericanas que reciben ayuda estatal para detectar posibles relaciones con terroristas. Este gesto, como explicábamos en el post de ayer, convierte a todos los cooperantes norteamericanos en sospechosos de espionaje en los países del Sur en los que trabajan.
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