miércoles, 8 de agosto de 2007

La India gana el pulso de los genéricos
Esta semana hemos sabido que la muñtinacional farmacéutica NOvartis ha perdido su demanda contra la ley de patentes de la India según la cual ese país puede continuar fabricando genéricos, medicamentos sin los cuales la salud de los países del Sur se vería seriamente afectada. La suiza Novartis pretendía hacer saltar por los aires la ley india de patentes según la cual no se concede patente nueva a un medicamento presentado por la industria que no cambie en esencia nada del ya existente y patentado. Este era el caso del Glivec, para tratar la leucemia, que India fabrica desde hace años y que ahora podrá continuar fabricando ya que la "novedad" del fármaco por el que Novartis pretendía cobrar derechos intelectuales no mejoraba nada del antiguo.
Novartis, que ha decidido no recurris la sentencia, ha manifestado que decisiones como la del Tribual SUperior de Chennai perjudican a la investigación. La industria farmacéutica ha sostenido desde siempre que la investigación farmacológica se resiente cuando algo frena la voracidad y el monto de sus ganancias, es decir, cuando las leyes desaceleran la multiplicación exponencial de patentes. En este caso, si no recurre la sentencia debe haber calculado bien: lo que habría conseguido exprimiendo un poco más a los países pobres no le valía realmente la pena. Sus ganancias permanecerán casi intactas.
El logro para los países pobres es, sin embargo, grandioso. Seguir vivos y sanos depende de poder adquirir un genérico, diez veces más barato que la marca.
La India, principal fabricante de genércios del mundo abastece la mayoría de países del Tercer Mundo, ya sea a través de sus gobiernos o a través de las ONG dedicadas a temas sanitarios. La campaña contra la demanda de la multinacional, que han llevado a cabo Médécins Sans Frontiers y Oxfam ha sido secundada por 500.000 personas, personalidades como Desmond Tutu, John Le Carré -recuerden "El jardinero fiel"-, parlamentarios europeos y congresistas de los USA y algún que otro Parlamento en pleno o gobierno. En España, El Congreso de los Diputados apoyó el rechazo a la demanda y también lo hicieron cinco parlamentos autonómicos, incluido el de Catalunya.

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