El gobierno de Sri Lanka tensa la cuerda
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha declarado que los comentarios de un miembro del gobierno de Sri Lanka según los cuales el coordinador de la ayuda humanitaria de la ONU en la zona es un terrorista son del todo inaceptables y sin ningún fundamento.
John Holmes, el vice-secretario general para asuntos humnitarios dijo la semana pasada en Colombo que Sri Lanka se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del mundo para las trabajadores humanitarios. Holmes, se refería concretamente a los 17 trabajadores de Action Contre la Faim ejecutados hace un año.
Jeyaraj Fernandopulle, ministro del gabinete de Sri Lanka, que fue el que llamó "terrorista" al representante de la ONU, dijo también que Holmes había recibido dinero del grupo rebelde Tigers od Tamil Eelam.
Enmedio de esta crisis, John Holmes ha escrito al ministro de asuntos humanitarios Mahinda Samarasinghe, a fin de retomar "la más relación más constructiva posible con el gobierno".
La visita de Holmes a la isla coincidió con el aniversario del descubrimiento de la masacre de 17 miembros de la agencia Action Contre la Faim, con base en París, a manos de fuerzas de seguridad del estado, según acusaciones del comité mediador por la paz en la isla, formado por noruegos. Por su parte, el gobierno ha negado cualquier intervención de las fuerzas de seguridad y sí en cambio ha culpado de la masacre a la ong por negligencia e irresponsabilidad.
En medio del caos, a Sri Lanka sólo le faltan problemas de tipo político entre las agencias de ayuda humanitaria y el gobierno. Aun así, la cifra de 34 trabajdores de ong muertos en los últimos 18 meses no es nada que pueda menospreciarse y que da una imagen bastante alejada de un proceso de paz firme en la isla.
Casi 70.000 personas han sido asesinadas en el conflicto étnico entre cigaleses y tamiles en Sri Lanka desde 1983, unos 4.500 sólo en el último año.
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