La violencia sexual como arma de guerra en RDC
En un artículo reciente en la prensa norteamericana, la autora teatral Eve Ensler ponía de relieve el problema de la violencia contra las niñas y las mujeres en la República Democrática del Congo, donde ha viajado hace poco y ha podido comprobar sobre el terreno las dimensiones de la catástrofe, lo habitual que es el empleo de la violencia sexual como arma de guerra. Ensler, que también es la fundadora de la organización Día V, narró sus encuentros y conversaciones con mujeres en la región oriental de la República Democrática del Congo.
La crónica de la Sra. Ensler, que aparece en el número más reciente de la revista Glamour, coincide con el comienzo de la iniciativa "Poner fin a la violación de nuestros mejores recursos. Poder para las niñas y mujeres de la República Democrática del Congo", una campaña que llevan a cabo las mujeres de la región oriental de ese país africano, UNICEF y la organización Día V, un movimiento mundial que aboga por la eliminación de la violencia contra las niñas y mujeres.La campaña se realiza como parte de "No más violaciones: medidas de las Naciones Unidas para acabar con la violencia sexual en situaciones de conflicto", una iniciativa conjunta de 10 organismos de las Naciones Unidas, entre ellos UNICEF.
Según datos recogidos por UNICEF, centenares de miles de mujeres y niñas han sufrido violaciones sexuales desde que se desató el conflicto en la República Democrática del Congo, hace más de una década. Como sucede en otras zonas de conflicto, en la RDC se emplea la violencia sexual para torturar y humillar a las mujeres y niñas y para destruir a las familias.
Además de dejar una secuela de daños psicológicos, la violencia sexual causa a las sobrevivientes lesiones genitales, fístulas traumáticas y otras lesiones físicas, así como embarazos no deseados y enfermedades venéreas, así como el VIH.
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