Todavía la pena de muerte
La presidenta de Amnistía Internacional en España, Delia Padrón, firmaba hoy un artículo en La Vanguardia donde hablaba de la práctica de la pena de muerte aplicada a menores que realiza Irán. En su escrito, la responsable de AI decía que a pesar de negar esa práctica, Irán sigue ejecutando a menores. Relata un par de ejemplos en los que las víctimas escaparon a la muerte, uno fue por la compasión que el joven condenado de 18 años Sina Paymard despertó en los familiares de la persona que había sido asesinada y el otro por la presión dentro y fuera de Irán a favor de la revocación de la pena que pesaba sobre Leyla Mafi, una joven obligada a prostituirse desde los ocho años, que fue acusada de actos contra la castidad, y por ello condenada a muerte.
Son dos casos que no acabaron en muerte pero tal como cuenta Padrón, Irán es uno de los mayores ejecutores del mundo.
Es cierto que aplicar la pena de muerte a un menor es de una falta de humanidad apabullante. Por ello, otros estados ejecutores como China, Yemen, Pakistán y Estados Unidos ya han renunicado a ello. Algo se ha ganado pero intentar sentir alivio por lo que todavía queda es de insensatos. No es cuestión aquí negar la inmensa tarea de AI y de muchos ciudadanos anónimos que se mueve en todo el mundo contra la pena de muerte. Pero los estados continúan matando a personas como castigo ligado a la aplicación de la justicia y ello resulta inaceptable. En el mismo saco tenemos a muchos estados y las muertes se suceden y nos llegan a través de los medios con todo lujo de detalles. Pero resulta el más siniestro de todos el caso de Estados Unidos, que igual como practica el asesinato libre en sus acciones bélicas internacionales se dedica a asesinar "como castigo" a su propia población. Resulta repugnante que dos de los que han firmado más penas de muerte sean una ex-star de Hollywood y un ex gobernador de Texas y ejerzan actualmente de Gobernador de California y de presidente de los USA. Pero donde peligran los derechos fundamentales es en Irán, en China...
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