El estatuto del refugiado iraquí
Aunque Irak se haya convertido en casi una sección de obituario cotidiano en nuestros principales medios de comunicación casi ninguno de estos medios decide sacarnos de nuestro amodorramiento comunicacional y contarnos hasta qué punto la situación ha degenerado en el país. Los cerca de 700.000 muertos por el conflicto ocasionado por la invasión de Estados Unidos en 2003 -ayudada en ese momento por los aplausos y los ejércitos británico y español- poco saben de lo que les queda a los vivos: el caos absoluto. Si hace unas semanas hablábamos de los refugiados iraquíes en Siria y Jordania, hoy debemos hablar ya de problemas graves en las fronteras con esos países. La avalancha humana ha sido y es de tal magnitud que los guardas de las fronteras han pasado a atacar y maltratar a los iraquíes que intentan ponerse a salvo lejos de las bombas que cada día explotan en su país. En algunas ocasiones, los refugiados han sido obligados a volver a Irak, en contra de las leyes internacionales sobre acogida de refugiados.
En un reciente encuentro patrocinado por las agencias de la ONU y con delegados de Turquia e Irán, el representante del gobierno iraquí dijo que tanto Jordania como Siria, que están haciendo un gran esfuerzo, deberían además facilitar el acceso de los niños iraquíes a las escuelas y de todos los refugiados a los centros médicos.
Por su parte, aunque Siria y Jordania no han respondido a las acusaciones de maltrato a los iraquís refugiados, sí han pedido más ayuda de Irak y de la comunidad internacional.
Siria acoge 1,2 millones de iraquís y dice que precisa 256 millones de dólares para mantener la ayuda humanitaria, los servicios sanitarios y la educación en los próximos dos años. Jordania, que tiene a 750.000 refugiados de Irak necesita 1 billón de dólares por año para mantenerlos, ya que su población total es de 5,6 millones.
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