martes, 26 de junio de 2007

Más datos del infierno iraquí
El pasado día 22 de junio, la periodista y blogger Ruth Gidley -experta en América Central y trabajadora de ONG's- publicaba un texto en la web de la Reuters Foundation dedicada a noticias y alertas humanitarias a nivel mundial, sobre la dramática situación en Irak. Si hace unos días en Sector Tres apuntábamos al contingente de refugiados iraquíes como el que más ha crecido en los últimos años, según los datos facilitados por ACNUR, hoy, gracias a estas informaciones que circulan por la red, fuera de las páginas de los periódicos, podemos tener datos y más puntos de vista sobre el alcance de esta tragedia.
"El miedo dicta ahora el mercado dónde uno va a comprar; a qué hospital decide acudir y a cuál acaba yendo al final, a qué escuela lleva a los niños; qué pasajero se sube uno al taxi y dónde le lleva; a qué amigos ve..." Es un fragmento de un artículo que publican Ashraf al -Khalidi y Victor Tanner en el último número de la Forced Migration Review que publica la Universidad de Oxford. " El miedo está calando en la sociedad y cada vez más la gente se ve ligada a grupos violentos". Y alertan "Si el conflicto abierto hace su aparición entre grupos tribales, la violencia adquirirá una dimensión organizada, popular y rural que hasta el momento, afortunadamente, no ha existido".
Por otro lado, Irak está "sangrando" refugiados a razón de 50.000 al mes según ACNUR hacia Siria y Jordania, mayormente. Estos dos estados vecinos, que en un principio recibían cálidamente a los damnificados, están empezando a tener serios problemas y a mudar las bienvenidas por muecas de desaprovación. Por su parte, la comunidad internacional no les ha mandado ayuda alguna para hacer frente a esta verdadera avalancha humana. Se da la circunstancia que ninguno de estos dos estados ha firmado la Convención del Refugiado 1951, con lo que la permanencia de los iraquíes en suelo jordano o sirio no está garantizada en absoluto. Ambos estados, Siria y Jordania temen una "palestinización" de los refugiados iraquíes en sus territorios.
Walter Kalin, representante del secretario general de la ONU para los derechos de los desplazados internos alerta en la misma Forced Migration Review del peligro real que supone que el vacío de asistencia humanitaria actual sea sustituido por la ayuda de las milicias armadas, que hechan una mano a la población como vía para obtener un mayor control del territorio.
A esto debemos añadir el hecho de que mientras el ejército de los Estados Unidos puede hacer llegar su dinero a Irak para continuar su ocupación militar, las entradas de fondos para las ONG y en concreto las numerosas organizaciones iraquíes están restringidas severamente.
Pero la cosa no acaba ahí. La agencia The Independent News informa que las compañías de petróleo de Estados Unidos y la GRan Bretaña están planeando cómo mantener seguro su control sobre el crudo iraquí a largo plazo. En este sentido, estos trusts petrolíferos se ocuparon bien de intervenir como agentes consultivos en la elaboración de la Ley de Hidrocarburos aprobada por el parlamento iraquí en febrero pasado. Esa ley prevé una radical restructuración de la industria del petróleo iraquí que se hará, obviamente, con la nula participación del pueblo de Irak, con lo cual la soberanía recaerá en manos de intereses estranjeros durante décadas. Difícilmente la Ley de Hidrocarburos dará marcha atrás mientras Irak esté sujeto a una ocupación militar y a la interferencia estranjera.
A la desesperación de la ocupación militar, sumamos la indiferencia y falta total de ayuda internacional y el sometimiento económico y político. Como consecuencia, los expertos alertan del incremento de adhesiones a grupos terroristas radicales en los próximos diez años. Se supone que no vamos a sorprendernos. ¿O sí?

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